Cine de verano

Me encanta esa tradición estival que consiste en ver películas que se estrenaron en las otras estaciones del año bajo un techo de estrellas. Tengo la fortuna de vivir cerca de dos pueblos que proyectan cine durante julio y agosto en dos enclaves maravillosos. Uno situado en un valle y el otro en lo alto de una montaña en plena sierra de rodeno.

En este último vi «Harry Potter y las reliquias de la muerte». Puedo asegurar que, pasada la medianoche y con nubes de tormenta en un cielo sin luna, sentí miedo de que Voldemort llegara a las butacas y arramblara con la existencia de todos los espectadores. Por si fuera poco, el castillo del pueblo, situado justo enfrente, hacía las veces de un Howargts cercano. Una experiencia extraordinaria para una seguidora de los libros de J. K. Rowling.

En el otro cine asistí a la proyección de «Los chicos están bien», a la luz de una luna espléndida. Esta película, rebosante de frescura, retrata a la perfección los problemas de la convivencia en pareja. Contiene, además, dos momentos estelares que reflejan un par de descubrimientos cruciales para las protagonistas: el del sexo hetero y el de la traición. Magistral la forma en que las actrices lo expresan, de lo mejor que he visto en mucho tiempo.

Definitivamente, éste ha sido un verano de cine.

16 Respuestas a “Cine de verano

  1. Hace tanto que ya no me acuerdo de cuándo fue la última vez. Pero sí de lo que significaba, no una, sino dos películas. Bajo el freso de la noche, con bocadillo y cerveza. Es curioso, pero lo que no perdono en el cine «invernal» (palomiteros, sorbedores) me parece lo natural en el cine «veraniego».

    Y estoy recordando ahora que una vez, en el Flumen, en Valencia, a la media hora de «Pulp fiction» se puso a llover como sólo allí lo hace. Y no me importó: soy de los que aborrecen esa película.

    En otra ocasión vi el programa doble más disparatado de mi vida en un cine de verano que estaba a las afueras de Alboraya: «La buena estrella (venga a llorar) seguida de… «Air bag». Como se ve, el programador o es bipolar o estaba de coña. Y para los puristas: me encantó la primera y me reí con la segunda sin medida ni vergüenza, lo que no sé si hubiera hecho bajo un tejado.

    Y lo siento, Coe, me aburre Harry Potter, en libro y en peli. Además, siempre me acuerdo de que el malo de «¡Qué bello es vivir!» era Henry Potter. Y eso no lo perdonamos los fieles de James Stewart.

    • En la primera parte, el bocata y la cerveza. Tras el descanso, el helado o las pipas…

      El equivalente a estos cines, pero en cerrado, es aquellos del centro donde proyectaban tres o más películas seguidas. Recuerdo ir mucho en mi época de estudiante, aunque acababa con una borrachera tal de imágenes y palabras que confundía las pelis y tuve que dejar de asistir.

      Tampoco pude con «Pulp fiction», no me gusta Tarantino. Pero Harry Potter saca fuera la bruja que hay en mí: me hubiese encantado ir a un colegio así, tener un búho, una varita, hacer hechizos y conocer a Ron, para quitárselo a Hermione. Sencillamente, me encanta. Y lo de confundirlo con Henry Potter, ya te vale: imperdonable

  2. aquí no están en lugares tan idílicos pero tenemos 4 en la ciudad. Quizás al principio ponen algunas más antiguas pero durante semanas están las de estreno de los otros cines con sólo dos o tres días de diferencia.

    Me he apuntado la recomendación de Los chicos están bien, la voy a ver muy prontito

    besos

    • ¡Tener cuatro cines en una ciudad es un auténtico lujo!!!!. Ahora sé donde vives es aún más bello de lo que yo le conocía.
      Ya me contarás de la peli cuando la veas. ¡Espero que te guste tanto como a mí!!!

  3. También he visto la película que viste en el valle, suena delicioso ver pelis a la luz de la luna, con el fresquito, la luna, en agosto las estrellas deslizándose suavemente por la pantalla…me lo imagino y ya es otra pelí.
    Me pareció perfecta la forma de enfocar la convivencia matrimonial después de llevar a cuestas 20 años de matrimonio, y quizás, a veces, gracias a una crisis valoras lo que tienes y lo fácil que es perderlo.
    Película tierna, entrañable, y muy actual, las actrices geniales y los chicos ideales, todos juntos luchando por mantener unida la familia por amor.
    Un abrazo.

    • El contexto ayuda a sumergirse aún más en la película, a sentirla con más fuerza.

      Me gustó porque, aunque la relación no es la clásica, la problemática sí lo es: la rutina, el cansancio, la educación de los hijos, la infidelidad, los secretos, las mentiras, las terceras personas, los cambios que trae la vida…

  4. Bonita tradición mediterránea, la de los cines de verano. El verano celta no da para tanto, pero siempre paso unos días en Sitges y allí sí, hay dos cines de verano, de los de árboles, jardines, «ambigú» y mesitas para tomarte el gin-tonic. Las películas son recientes, y aunque no sean muy muy buenas, y no las iría a ver en un cine normal, allí todo lo demás compensa el déficit… siempre que no sea grave. Y estar al fresquito, acostarse tarde, ya olvidado el calor del día… Es genial.

    • Sí, como decía Atticus, lo que no soportaríamos en un cine cerrado, lo aguantamos aquí, e incluso participamos activamente en ello.

      El cine de Sitges, con las mesitas y los gin-tonics, ya pertenecen a una gama más de lo sofisticado: ¡qué gozada!!!

      Supongo que en Galicia, con tanta lluvia, estos cines son impensables.

  5. Esta entrada me ha traído a la memoria cuando mi hija era pequeña y todavía quedaba un cine de verano en nuestro pueblo. La primera película que vimos con ella fue “La bella y la bestia”, y también vimos “Pocahontas”, “el rey león”, etc… En esa época era lo que tocaba: películas de dibujos animados para niños (y adultos).
    Un cordial saludo

    • Veo, JoseV., que has vuelto a la blogosfera tras el paréntesis estival.

      Una de las ventajas, entre otras muchas, de ser padres es que cuando los niños son pequeños puedes ir a ver todas las películas para ellos sin que te miren como un bicho raro. Hay cientos de películas infantiles preciosas con las que disfrutar.

  6. La última de Harry Potter es la única de la saga que he visto en el cine y me encantó.También me gustó la de los chicos.Annette Bening me encanta como interpreta.
    En mi pueblo,hasta que llego la crisis y la Dipu quitó las subvenciones,un par de noche del verano nos repetian alguna peli de las de todos los públicos y la verdad es que unia mucho luchar todos junto a Jack Sparrow.
    Espero que el verano que viene me avises para probar la experiencia de tus cines de verano.

    • Te recomiendo que veas también las anteriores si ésta te gustó. Además, irás viendo la evolución de los personajes y entendiendo muchas cosas.
      Annette Bening es una actriz fantástica. En todo lo que hace, a mi parecer, está que se sale.
      Pues yo creo que por mucha crisis que haya, por proyectar cine dos noches al año no se van a arruinar. Seguro que el dinero se lo han (mal)gastado en otros menesteres.
      Ok, el verano que viene te aviso: verás qué gozada.

    • Lo que más me gusta del cine de verano, aparte de que es al aire libre y en el fresquito de la noche, es que hay descanso: partir de dos la peli me da la sensación de que ayuda a saborearla más.
      Y a todos nos recuerda la infancia, es verdad. Es una pena que en muchos sitios ya haya desaparecido esta tradición.

  7. El cine a mí personalmente me transforma… He pasado de ser personajes obsesivos a los más dulces. Desde personas que viven su vida a 120km/h hasta ancianos que buscan el pasado en el agua. Me he enfrentado a seres mitológicos y he perdido la esperanza… Es increíble lo que uno puede ser a oscuras.

    • Es la magia del cine: permitirnos ser todo lo que queramos ser. Disfrutar transformándonos en miles de inesperados personajes, sintiendo lo que ellos sienten.Es, como la literatura, también un viaje de conocimiento.

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